2.d) Optimización en la evolución del cerebro humano
Lógicamente y en contra de una idea muy extendida, el diseño del funcionamiento cerebral debe tender a su optimización en función de los recursos disponibles. Es más, la optimización es un principio epistemológico de todo sistema de impulso vital.
No se trata aquí de justificar la teoría evolucionista o la Teoría Creacionista (evolucionismo versus esencialismo), corrientes filosóficas más particulares como la sicología animal (instinto como pseudo-concepto), el conductismo y la etología o, desde otro punto de vista, el etnocentrismo, el relativismo cultural o el universalismo.
Al contrario, el análisis que se presenta intenta explicar la posible conexión o identidad conceptual entre la realidad actual de la complejidad de las funciones cognitivas del cerebro humano y la esencia originaria de dichas funciones, cualidades o capacidades vitales mediante el estudio de su evolución objetiva y sus requisitos lógicos.
De hecho, las ideas en esta libro se encuadran en el vitalismo, al menos, en su sentido literal. Es decir, la esencia de la vida implica libertad, inteligencia y memoria y que, desde luego, existe una evolución lógica (no aleatoria) e interna a lo largo del tiempo.
Tanto en la inteligencia como en la memoria podemos detectar las siguientes características relacionadas con su optimización.
2.d.1. Carácter multifuncional y polifacético
Aunque ambos caracteres pueden utilizarse como sinónimos, vamos a asignarles dos conceptos o matices diferentes. El carácter multifuncional se referirá a las diversas operaciones de análisis y relación de la información de los procesos de la inteligencia. Por ejemplo, las operaciones pueden tener por objetivo el llegar a una conclusión sobre una actuación concreta del individuo o el resultado de una operación matemática, que sería el caso más conocido normalmente por inteligencia; pero también puede operar analizando y clasificando la información para guardarla en los diferentes niveles de la memoria.
También consideraremos parte de esta naturaleza multifuncional de la inteligencia, la diferente forma que tiene de operar, en el sentido de ofrecer respuestas más o menos seguras en función del modo operativo en que se encuentre. Explicación más detallada se verá en el próximo apartado, relativo a la inteligencia.
Por su parte, la memoria también tiene su carácter multifuncional. Se pueden señalar los diferentes tipos de memoria en cuanto al horizonte temporal con que trabaja: instantánea, a corto, medio y largo plazo. Igualmente se verá esta naturaleza de la memoria con más detalle en su apartado especial.
En cuanto a su carácter polifacético, entenderemos éste como la diferente materia a la que se pueden aplicar tanto la memoria como la inteligencia. Por ejemplo, en cuanto a la inteligencia podemos citar, entre otras, las relaciones espaciales, de colores, auditivas, de abstracción lógica, de caracterización múltiple, etc.
Y en cuanto a la memoria, información relativa a: imágenes, conceptos abstractos, semántica, colores, etc.
Estas características son más fáciles de explicar con el ejemplo de los ordenadores. Como hemos visto anteriormente, el procesador central se utiliza tanto para el tratamiento de la información como para su localización y, al mismo tiempo, se utiliza para ejecutar programas de diversa índole. Por su parte, existen diversos tipos de soporte de la información y se graban diversas materias.
Para la inteligencia, este carácter multifuncional y polifacético nos permite profundizar un poco más en su contenido o definición. He indicado que entiendo la inteligencia como capacidad de relación. Por lo tanto, la inteligencia estará formada por el conjunto de funciones relacionales abstractas elementales que permiten efectuar todas las operaciones de relación más o menos complejas.