3.b.2. La Adivinanza de la gravedad y la Ecuación del Amor
Todo empezó hace tiempo.
Intuía que algo elemental no cuadraba o no estaba explicado.
Buscando argumentos sólidos para la presentación de la Ecuación del Amor –la Física Global todavía no estaba formulada ni tenía nombre ni nada– pensé en indagar sobre las relaciones de transformación de las principales magnitudes; por supuesto también pensaba en las manzanas, las peras y otras frutas exóticas como fuente clásica de inspiración.
Para darle un toque objetivo, pregunté a David y Goliat y me sugirieron la siguientes constantes: velocidad de la luz c, constante de Gravitación G y constante de Planck h.
Para esta investigación añadí la constante de Rydberg R, porque aparecía en un libro de física de educación pre-universitaria. Quería familiarizarme con las cantidades combinadas de dichas constantes físicas o relaciones de transformación.
El hecho es que al multiplicarlas para ver sus productos intermedios, podría ser por las fuentes de inspiración no comentadas o por pura suerte, el experimento dio sus frutos y apareció mucho más de lo que estaba buscando: una adivinanza que pudiera llamar la atención.
Este enigma es tan extraño que, después de ofrecer el resultado, nadie parece quedarse muy convencido.
Y eso que lo único que hay que hacer para resolver el problema es multiplicar la velocidad de la luz *c* por la constante de Planck *h*, por la constante de Rydberg *R* y por un Molwick; sabiendo que un Molwick es igual a la velocidad de la luz *c* partido por la constante de la gravedad de Newton *G*
También había una sorpresa, al final, además las constantes físicas citadas, apareció una variable que no estaba invitada.
?? = c² * h * R / G
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Entre los comentarios más sorprendentes de licenciados en disciplinas de ciencias –Físicas, Química y otras– sobre el resultado de la Adivinanza de la Gravedad merece la pena señalar los siguientes:
Es una casualidad.
Es difícil de mantener esta idea si pensamos que hay una diferencia de milésimas entre los dos valores de la gravedad en la superficie de la Tierra g. Además, eso sería como que, a un protón, no ya de la Tierra, sino de todos los del universo entero, le ha tocado el primer premio de la lotería; pues las cantidades involucradas en las constantes físicas (incluyendo la constante de la gravedad) superan el número de protones existentes en el conjunto del universo. Según estimaciones cuánticas no muy serias sería una cantidad del orden de 1080, sin duda también algo metafísicas.
Otros dos argumentos contra la teoría del azar, como recurso ante lo desconocido o inexplicado en este caso, es que las constantes físicas involucradas tienen una clara interrelación física y que sería embarazoso mantener que el descubrimiento de una relación causal se ha realizado por azar cuando se estaba buscando en el sitio concreto donde se encontraba.
El resultado de la Adivinanza de la Gravedad no es exacto porque no coinciden los decimales con los de la aceleración de la gravedad *g* en la superficie de la Tierra.
Desde luego un ligero despiste cuántico, pues es de conocimientos general que la aceleración de la gravedad en la superficie terrestre es variable en función del radio, la geometría del terreno y la latitud por efecto de la fuerza centrífuga del giro de la Tierra.
Se deberían comprobar los decimales de las constantes físicas de la fórmula que soporta la Adivinanza de la Gravedad.
Una pega similar me la han argumentado en la explicación de la Física Global de la precesión anómala de la órbita del planeta Mercurio, mucho más simple que la de la física relativista; diciendo que el valor utilizado de la masa del Sol podría estar mal, porque no se habían utilizado las tablas oficiales al efecto; a pesar de ser el mismo valor que Einstein al explicar la misma precesión estirando el tiempo y el espacio.
En el caso de la Adivinanza de la Gravedad, podría ser al revés, pues podría ayudar a calibrar con precisión los decimales de las constantes físicas que intervienen en la misma.
Hay problemas con las dimensiones.
Si se plantea directamente puede haber un problema, pero como se ha visto en la página anterior sobre la aceleración de la gravedad dicho problema no existe. Además, el problema podrían ser las dimensiones de las constantes físicas actuales, como las unidades de la constante de Gravitación Universal, que precisamente no tienen en cuenta el nuevo efecto mostrado tanto por la Ecuación del Amor como por la Adivinanza de la Gravedad.
En cualquier caso, una primera alternativa que me parece artificial e incorrecta puede ser incluir una constante unitaria y puramente de normalización dimensional; sin embargo, permite analizar las diferencias existentes. Esta nueva constante de normalización N deberá ser igual a:
N = 1 (m / s kg²)
Una utilidad conceptual de la nueva y artificial constante N surge inmediatamente. Sus dimensiones son las correspondientes a las de la relación entre la constante de Gravitación Universal y la constante de Planck (G/h); es decir, no son tan arbitrarias como se podría esperar. Al mismo tiempo, dichas unidades nos indican que se trata de una relación entre las configuraciones básicas de la gravedad y la energía.
Así nos quedaría la Adivinanza de la Gravedad como:
[1] g = c² * h * R * N / G
Y como se puede observar ahora, con unidades coherentes:
m/ s² = (m / s)² * (1 / m ) * (m / s kg²) * (kg m² / s) * (kg s² / m³)
Un error elemental debido a que las magnitudes vectoriales no se recoge en la fórmula como tales.
Es cierto, pero eso se solucionaría dibujando una flechita encima de las magnitudes vectoriales, como hacen los libros de Física pura.
Después de estos bien intencionados comentarios, pues hubiese sido más cómodo decir únicamente: "quizás la Adivinanza de la Gravedad sea importante", la conclusión es que cuánto mayor educación en ciencia tiene una persona más reacia es a admitir grandes errores de la misma y sobre todo si vienen desde el campo de la lógica pura y no de la experimentación.
Claro, de la evidencia empírica no pueden venir porque si no se admiten la de una simple suma o multiplicación, cómo se van a admitir posibles reinterpretaciones de experimentos físicos y fenómenos naturales conocidos y de cierta complejidad. Es decir, las adivinanzas y experimentos científicos parecen estar reservados a los que confirman o no contradicen el paradigma aparente.
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La Adivinanza de la Gravedad –o experimento GigaChron– tiene una naturaleza científica y se trata con mayor desarrollo matemático en el apartado siguiente sobre constantes fundamentales, estudiando su relación con la Ecuación del Amor, sus relaciones con la Ley de la Gravedad de Newton y algunas curiosidades adicionales, como la relación entre la masa y la carga del electrón con la masa y el radio de la Tierra.
Por extraño que parezca el origen de la Ecuación del Amor y de la Adivinanza de la Gravedad es independiente en los detalles, en el tiempo y ambos bastante fortuitos; tanto que, desde el punto de vista de su origen, uno pertenece al mundo de la metafísica y el otro al de la física.
En realidad, la Ecuación del Amor es pura metafísica, pero ayuda a la mente a entender las posibles relaciones entre diversas constantes físicas fundamentales.
Sustituyendo en la ecuación de la gravedad de Newton el tiempo al cuadrado por su valor en la ecuación E = m c² de Einstein –original de Olinto de Pretto– y operando nos encontramos con la ecuación de la gravedad de Newton, que sería igual al amor por la energía.
g = A * E
Igualmente, sería la misma que obtendríamos si en la ecuación de la gravedad de Newton sustituimos la masa por su valor al despejar de la ecuación E = m c².
g = G * (t² / e4)* E
La Ecuación del Amor ha sido la fuente de inspiración metafísica o impulso para buscar las relaciones entre las constantes fundamentales que aporta la Adivinanza de la Gravedad o experimento GigaChron; dando lugar a la igualdad esencial de la Física Global, pues pone de manifiesto las equivalencias y relaciones entre las magnitudes básicas.
Ya hemos visto que la unidad del Amor de un Molwick era igual a *c/G* y si tenemos en cuenta que *chR* es igual a la energía del fotón emitido por el átomo de hidrógeno en la superficie de la Tierra, nos queda la solución de la Adivinanza de la Gravedad de la figura, una vez realizada la oportuna multiplicación.
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Por lo menos una de las constantes involucradas en la Adivinanza de la Gravedad contiene la información de la relación entre la masa de la Tierra y su radio al cuadrado, magnitud bastante variable. ¿Cuál será?
Como la velocidad de la luz, la constante de Planck y sobre todo la constante de Gravitación Universal parecen bastante constantes en el entorno del sistema Solar; la constante de Rydberg debería tener un valor diferente en la Luna en proporción directa a la diferencia de gravedad, es decir, 0.165 veces la de la Tierra.
En cualquier caso, conviene señalar lo siguiente:
La velocidad de la luz en un contexto post-newtoniano no es constante y por eso la Relatividad necesita transformarla para que se cumpla su axioma ¡los axiomas no se pueden demostrar!
La constante G no es constante ni en la Física Global ni en la Relatividad, como se explica en la Paradoja del Último Delfín en el libro de la Astrofísica Global.
En las distancias atómicas cambia bastante la constante G –¡incluso de signo!
La modulación de la constante de la Gravitación y la constante de Rydberg explican la teoría del Átomo Global y su configuración electrónica.
En el libro dedicado a la Ley de la Gravedad Global, aparece la Adivinanza de la Gravedad pero bajo el nombre de experimento GigaChron, cuya igualdad se reformula para presentar la ecuación fundamental de la Física Global o Ley Gravitacional de Equivalencia [ g = E c /G * n ] relativa a una interacción gravitacional ligeramente distinta de la fuerza de la gravedad clásica y manteniendo el tiempo y el espacio absoluto.
Otra presentación proporciona la Ley de la Gravedad Global que permite explicar la órbita de Mercurio en un contexto post-newtoniano.