2.a.2. Evolución humana
El cambio de escala puede afectar a los objetivos particulares de un sistema y las variables relevantes pueden ser distintas a corto y a largo plazo. Habrá que tener un cuidado especial al hablar de dinámica interna, puesto que este concepto está inevitablemente asociado a un sujeto o sistema y éste puede cambiar en función de la escala en que nos movamos.
Al hablar de los límites del conocimiento se mencionó el horizonte temporal y espacial como un factor que dificulta el razonamiento lógico al actuar como límites de la percepción inteligente.
Si a la percepción puntual de un sistema dinámico se le aplica el largo plazo, aparecerá algo parecido a una película con todas las percepciones individuales, dando el efecto de que la película sí tiene dinámica interna, porque efectivamente la tiene; pero no es la dinámica interna de los cambios individuales sino de la película en sí misma.
Quizás sea un efecto típico de los modelos a largo plazo, que en muchas ocasiones el interés se centre en la dinámica a largo plazo con independencia de sus causas últimas. También puede que se intente realizar un análisis parcial al no poder abarcar toda la problemática.
El ejemplo típico sería la teoría basada en la selección natural, parece que tiene su propia dinámica interna, y la tiene. Pero, ésta se refiere únicamente a uno de los condicionantes de la evolución, que además opera sobre el resultado de la evolución real a corto plazo.
Como la teoría de la selección natural se refiere exclusivamente a la no eliminación de los nuevos seres mejor adaptados, necesita, por un lado, imponer un carácter aleatorio al resto de los posibles condicionantes de la evolución biológica y, por otro, del largo plazo para producir efectos similares a los de la evolución real.
Información detallada y gráfica sobre la historia humana a lo largo de los últimos 160.000 años y su expansión territorial se puede encontrar en la página de la Fundación Bradshaw.**
Algunos de los problemas que se plantean en mayor o menor grado al analizar la historia son:
Se tiende a perder la noción temporal en el largo plazo y la noción espacial en una escala distinta a la humana.
El cambio debido de las variables representativas no siempre se efectúa correctamente.
Lo mismo se puede predicar de la dinámica o relaciones internas del sistema, del propio sujeto o sistema y de los objetivos particulares del mismo.
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No solo pueden cambiar las variables, sino que, las que se mantienen, pueden cambiar de naturaleza. Por ejemplo, una variable discreta en el corto plazo puede convertirse en continúa al cambiar de escala.
En ocasiones, cuando se altera la referencia espacial o temporal de un análisis concreto, no siempre se menciona explícitamente dicho cambio.
La genética se encuentra en una escala espacial diferente a la nuestra y en las teorías sobre la evolución humana se necesita al análisis a muy largo plazo.
Veamos gráficamente como un modelo a largo plazo elimina la percepción de los cambios a corto plazo. La figura muestra un crecimiento exponencial cuya razón es 1,25. Con solo triplicar el período de tiempo se consigue un efecto visual suficiente.
A pesar de ser conscientes del cambio de escala y de saber que el crecimiento es exponencial, no podemos dejar de pensar que, en la segunda figura, apenas existe crecimiento durante los primeros 15 periodos. Conviene señalar que el crecimiento exponencial es típico en los modelos de secuencia temporal.
Otro problema añadido es la capacidad para medir diferencias tan pequeñas en los valores, cuando la escala del mundo normal es la correspondiente a la del último periodo, sobre todo cuando el otro extremo de la evolución biológica es el origen de la vida.
En definitiva, no se quiere decir que no se puedan realizar ciertos tipos de estudios o análisis, sino que hay que reconocer los límites de la mente humana a la hora de la percepción de ciertas variables y relaciones y, por lo tanto, poner especial cuidado en las conclusiones que de ellos se derivan.
Esta reflexión obliga a estudiar las implicaciones de entender la evolución humana a largo plazo y eliminándola a corto plazo debido a su escasa percepción y gran aceptación personal y social.
Citemos algunas de las consecuencias y hechos generalmente aceptados de la historia del hombre que son incorrectos o pueden generar confusión con una interpretación errónea:
La capacidad intelectual del Homo Sapiens no ha cambiado sustancialmente durante los últimos 30.000 - 50.000 años.
El control del fuego se considera un gran salto evolutivo en la teniendo en cuenta la capacidad cerebral de los primeros humanos en conseguirlo.
Otro gran hito para su pequeña capacidad intelectual, es el descubrimiento, seguramente por accidente, de la rueda.
A pesar de la capacidad mental humana, en los inicios de nuestra especie, no hablamos mucho ni construimos grandes estructuras gramaticales porque, o bien, para lo que hacíamos, no nos compensaba perder el tiempo, o bien, porque teníamos que esperar a que se desarrollaran nuestras cuerdas vocales por modificaciones aleatorias de la información genética transmitida.
En el antiguo Egipto, los humanos desarrollaron una gran habilidad para la construcción con las pirámides, consiguiendo que las paredes no pudieran caerse con el paso del tiempo. ¡Por algo son la única de las siete maravillas que queda en pie!
Antes de los griegos, la filosofía y el desarrollo científico no nos interesaban, salvo honrosas excepciones.
Algunos griegos consideraban que la aplicación práctica del conocimiento implicaba rebajarlo y, por lo tanto, debía mantenerse únicamente en el mundo de las ideas.
Con la tecnología de los romanos era bastante más fácil construir acueductos que un canal cerrado, pues no se habían percatado de que el nivel del agua, por una desconocida debilidad, tiende a ser el mismo. Ni siquiera los habitantes de las costas, ni los marinos, se percataron de este hecho, a pesar de los recovecos que forman la tierra y el agua en muchos lugares.
Otra gran aportación romana, sin que se sepa su origen exacto, fue el empezar a contar con palotes. Llegando incluso a la representación de 5 palotes con una V; lo que simplificaba bastante el cálculo matemático.
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La idea de que la Tierra fuese redonda o esférica era un poco difícil de creer, sobre todo a la vista de la Luna y del Sol. La forma de media luna no se había observado en ningún otro sitio, ni siquiera en ninguna naranja iluminada por una antorcha. Por fin, hace 500 años, gracias al conocimiento acumulado y transmitido de generación en generación se llegó al convencimiento de que efectivamente era esférica y daba vueltas alrededor del Sol. Aunque a alguno le costase más de un disgusto. –Galileo 1564-1642– por aquello del salto generacional.
Tuvimos suerte cuando, Newton (1642-1727), gracias a su debilidad por las manzanas y a la moda de pensar de su época, se le ocurrió generalizar su debilidad y comprobó, con asombro, que al Sol y a la Luna les ocurría algo parecido.
El español Miguel Servet (1511-1553) no tuvo tanta suerte con sus ocurrencias sobre la circulación pulmonar y el papel que juega la respiración en la transformación de la sangre venosa en arterial; seguramente no las expuso con el mismo sentimiento poético que Newton.
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Por si acaso, y para que nadie dude de la no-evolución histórica a corto plazo del intelecto humano, las diversas escalas que se utilizan para medir el coeficiente de inteligencia se adaptan cada 20 o 25 años como máximo (Efecto Flynn).
Y cuando se estiman los coeficientes de inteligencia de algunos genios de la humanidad –como hacen algunos autores y son reconocidos por su contribución informativa sobre la evolución de la inteligencia; por supuesto, se adaptan debidamente a la época correspondiente ¡Para facilitar su comprensión y ser fieles a la realidad de que los coeficientes utilizados son solo una medida relativa! Si dispusiéramos de una medida semejante para la altura, resultaría que los romanos eran tan altos como los humanos de hoy en día en Italia. ¡Será otro de los efectos cuánticos de la relatividad del espacio y el tiempo!
En fin, se podría seguir poniendo ejemplos indefinidamente; por otra parte, sentimos haber utilizado cierta ironía en estos últimos puntos, pero nosotros también tenemos algunas debilidades.
En ningún momento se ha pretendido disminuir la aportación de las personas mencionadas más arriba, en todo caso, todo lo contrario; pues, los avances señalados forman parte de la historia de la humanidad y muestran con claridad la mejora gradual de la capacidad de la mente desde el origen del hombre.
Volviendo a la seriedad habitual y relacionando los puntos anteriores con las figuras del crecimiento exponencial, piénsese que el Homo Sapiens ha tenido unas 4.000 generaciones como máximo, según las últimas estimaciones paleontológicas. Y que, parece ser que el coeficiente de inteligencia se desplaza en 10 puntos cada 20 años, lo que significa aproximadamente 10 puntos en cada generación.
Para terminar este apartado, remarcar que los avances en biología y genética están mostrando los cambios en la información genética y sus interrelaciones en el corto plazo, lo que hará que los planteamientos clásicos se vean superados en un futuro próximo.